UN PERFECTO REGALO DE AMOR EN NAVIDAD
por Cecilia Oré de
Benllochpiquer
Vicente Benlloch solía compartir sus creaciones y sus proyectos conmigo, su hija política. Decía que yo sabía apreciar su poesía por ser artista. Eran los primeros meses del 2002 y él anhelaba repetir en diciembre, la escenificación de su poema “La Primera Navidad”.
Ese bello poema ya había sido escenificado muchos años atrás, en un recital navideño en el local de la Asociación Cultural Ínsula de Miraflores. Recuerdo que fue en una tarde de diciembre de 1984. Yo estaba esperando mi primer hijo y esa vísperas a la Navidad me sentía muy inspirada. Apoyé con el vestuario de San José, de los reyes magos y además llevé algo de utilería. Mi esposo Víctor Luis, personificó a un rey mago y su hermano menor a San José. ¡Cuán felices se les veía a Vicente y a su esposa Elsa! Ver a dos de sus hijos, uno médico y el otro oficial del ejército, quienes no dudaron ni un momento en acceder participar en un proyecto de arte y manifestación de fe con su padre.
Vicente se acercó al podio y leyó su poema, mientras cobraban vida los personajes que se integraban uno a uno, hasta que todos los espectadores pudieron tener el pesebre completo a la vista. El poema de Vicente cerró el recital y quedó grabado en mi memoria.
Dieciocho años después, a Vicente le ilusionaba escenificar una vez más “La Primera Navidad”. Con música de fondo y esta vez ya no sería todo leído por una sola persona. Participarían recitando cada uno de los reyes magos y la pastorcilla. Lograría convencer a sus hijos y nietos para que representen a todos los personajes, sería un recital familiar. Lamentablemente Vicente nos dejó en septiembre de ese año 2002 y los Benllochpiquer tuvimos una Navidad algo silenciosa, sin villancicos, ni poesía.
Al año siguiente, le conté a mi cuñada Charito de los planes truncos de su padre, y sin pensarlo dos veces aceptó el reto de presentar en diciembre el poema de Papá Tico (así lo llamaba la familia, por el diminutivo de Vicentico). Juntas compramos las telas para el vestuario, Margarita nos proporcionó algunas más y Charo los confeccionó. Yo terminé de completar los turbantes, los cofres de los reyes y mi niña Jazmín prestaría su “new born” para que sea el niño Jesús, pues lucía como un bebé muy real. Para el fondo musical nos ayudó el Padre Werner Muhl, quién nos prestó grabaciones de su colección de música clásica y aceptamos sus sugerencias. Charito dirigió la puesta en escena y asumió la parte poética más extensa, como gran conocedora del arte de la declamación, aprendido del mejor maestro, su padre Vicente. Asimismo, cada “rey mago”, tomó con gran responsabilidad su parlamento.
Navidad en el asilo, 17 diciembre 2003
Llegó el gran día. Con el soporte del Centro Valenciano del Perú, los Benllochpiquer presentamos la “Primera Navidad” del autor Vicente Benlloch Piquer (nacido en Valencia-España). Fueron alrededor de 300 ancianos del Asilo de los Desamparados los espectadores. Memorable mañana en la que llevamos alegría y esperanza con un Belén en vivo y el poema que encierra un gran mensaje de amor.
Navidad para Mamá Tita, 25 de diciembre del 2003
A los pocos días realizamos la segunda presentación. Era mucho más especial pues ya no serían 300 espectadores, sino sólo una persona, una muy importante para nosotros: Mamá Tita (Elsa Castro de Benlloch Piquer).
Ella era el complemento del pedestal familiar, una mezcla de amor y equilibrio que germinó en ocho hijos. Y ahora, que no estaba Vicente, su compañero de toda la vida, era quién nos seguía reuniendo a hijos, yernos, nueras y nietos en una sola casa para las celebraciones.
Ella era el complemento del pedestal familiar, una mezcla de amor y equilibrio que germinó en ocho hijos. Y ahora, que no estaba Vicente, su compañero de toda la vida, era quién nos seguía reuniendo a hijos, yernos, nueras y nietos en una sola casa para las celebraciones.
Sin escatimar esfuerzos en los preparativos, llegamos a casa de Mamá Tita. Con un poco de alboroto, risas y complicidad que disfrutamos como equipo y familia. Preparé al elenco con el maquillaje y vestuario. Se conectaron equipos de sonido y micrófono. Se alistó el fondo musical y acunamos al niño. Cada rey mago tomó su cofre. Ya podíamos empezar.
Charito colocó una silla en el centro de la sala y busco a Mamá Tita. Para nosotros, ella era la espectadora más importante en la tierra en ese momento. Por problemas de salud, no pudo asistir a la presentación en el asilo y ésta era una sorpresa para ella. Mi cuñada Margarita y mi esposo Víctor Luis se pusieron al frente, saludaron al público con amor e iniciaron el poema luego de la bella introducción musical:
“Brilla la estrella, un argentado broche
en el cielo turquí de Galilea,
mientras las notas de celeste arpegio
en la brisa perfumada se florean... "
Fueron 35 estrofas del poema de Vicente, transportándonos hacia la noche más luminosa de la historia de la humanidad, la llegada del Niño Dios.
Después de 15 minutos terminó el poema. Se oyeron aplausos, risas, nos abrazamos todos. Momentos como ese, no se repiten. Quisimos realizar un acto de amor con el padre, el abuelo, el gran poeta.. y cumplimos su sueño. Vicente regresó al lado de Elsa, su esposa, a través de su poema esa mágica noche.
Fue una Navidad en unión familiar y amor. Elsa (Mamá Tita) recibió de cada uno de nosotros el más bello REGALO DE AMOR EN NAVIDAD, como nosotros lo habíamos recibido de Vicente.
Fue la última Navidad de Mamá Tita. Ella partió en noviembre del año siguiente.
25 diciembre 2003
De izq. a der. arriba: Cecilia Oré de Benllochpiquer, Margarita Benllochpiquer Castro, Jazmín Benllochpiquer Oré,
hernanos Stefanie y Alvaro Benllochpiquer Cordano, hernanos Vicente y Víctor Arturo Benllochpiquer Rosadio,
Víctor Luis Benllochpiquer Oré y Víctor Luis Benllochpiquer Castro
Abajo: Rosario Benllochpiquer Castro y Francisco Benllochpiquer Oré.

La Primera Navidad
Autor: Vicente Benlloch Piquer
Poeta Peruano- Español (1922-2002)
Brilla la Estrella, un argentado broche,en el cielo turquí de Galilea,mientras las notas de celeste arpegioen la brisa perfumada se florean.Hay en la noche un despertar de gozodesde los cerros que Belén bordean,hasta la secas arenas del desiertoque con pálido reflejo amarillean.Y van bajando de los altos riscos,por senderos que entre piedras serpentean,largas filas de pastores cuyo asombrova creciendo ante la estrella que flamea.¡Qué bonita está la noche! ¡Qué concierto!Canta el grillo, silba el viento en las palmerasy acompañan al rasguido de cigarrasel compás de manantiales que gotean.Hay presagios de grandeza y maravilla,un murmullo va creciendo y ya voceaque ha llegado la hora del Mesías,que anunciaron por centurias los profetas.Del Oriente, atravesando los desiertos,de la India, de la Arabia y de Caldea,cabalgando en tres camellos van tres sabiospor tres rutas, con tres cofres y una idea.Una estrella singular sirve de guíay al llegar sobre Belén su cola arquea,se detiene ante un portal de tosca hechuray en el ritmo del concierto parpadea.Allí arriban cantando los pastores;unos llevan en sus manos panderetas,otros frotan muy ufanos las zambombasy otros cargan jubilosos sus ofrendas.El portal, ya derruido por los años,redondeadas las aristas de sus piedras,lo utilizan los viajeros como establoy en él guardan en el tránsito sus bestias.Pero hay algo diferente en esta noche,y mirando por el vano de la puertase distinguen en el medio del recintodos personas y un pesebre de madera.El, un hombre casi anciano, arrodillado;Ella, joven, casi niña, dulce y bellay sonriendo en el pesebre, sobre paja,hay un Niño más hermoso que una estrella.A la vista del Misterio callan todosy en silencio, el umbral justo franqueancuando inician su cantata en la alturaslos Querubes con las arpas que florean.Mientras tanto hasta el portal llegan los sabiosen el diáfano alborear de nuestra Eray portando entre las manos sendos cofresante el Niño se presentan y recrean.Uno de ellos, la tez negra, regio el porteal conjunto allí presente se adelantae inclinado ante el pesebre, humildementeen su idioma balbucea estas palabras:“Aquí vengo desde lejos, Rey de Reyesal llamado de la estrella solitariacon el símbolo más digno de tu alcurnia,este cofre de marfil con oro y nácar”Aproxímase el segundo, barbicano,las pupilas refulgentes, la tez blanca;se arrodilla ante el Misterio y reverentecon voz trémula musita esta plegaria:“Desde lejos, a través de campos yermos,sobrepuesto a mi existir que se quebranta,con la guía de la estrella que te anuncia,Tú eres Verbo, el Dios de las Alturas;he llegado hasta Ti, Fulgor del Alba”.a mis ojos que te han visto, nada falta;solo quiero dejarte con el cofrede zafir lleno de incienso, mi alabanza”.Acercándose el tercero de los sabios,amplio el tórax, barba negra, tez bronceada,recogiendo su albornoz hace una venia,luego se hinca y pronuncia estas palabras:“Lo anunciaron las Sagradas Escriturasy hace tiempo predijeron los profetasque del seno de una Virgen naceríaQuien rompiera de este mundo las cadenas”“¡Oh Mesías! Por amor, en un pesebrehas nacido y en el tierno cuerpo llevasde la paja y la pobreza las señalesde los niños más humildes de la Tierra”“Serás Hombre, vivirás los sinsaboresde los hombres irredentos que te esperan.Por ser dura tu misión, de ébano el cofre;por lo amargo del sufrir, mirra, mi ofrenda”Dijo el sabio de albornoz, luego el silencioinvadió todo el confín de aquella escenay extasiados, contemplando al Rey-Dios-Hombrequedan todos, San José y la Gratia Plena.Mas de pronto, candorosa pastorcilla,limpias manos, grandes ojos, largas trenzasdando un paso hacia adelante dice al Niñocon acento melodioso y de inocencia:“De los montes de Belén hemos bajadopor los riscos donde están nuestras dehesas,al encuentro del Mesías prometido,con las ropas más vistosas y más buenas”.“Todos tienen en el rostro la alegríaolvidando de su vida la tristeza.Unos traen el zurrón lleno de frutas;otros, quesos, leche y dulces en la cesta”.“Yo he traído Tierno Bien, mi cantarillacon las mieles de azahares y con fresaspara dársela con júbilo de humildea Quien viene por salvarnos, a la Tierra.“¡Y pensar que he venido temerosa!Cuando estaba en mi redil con mis ovejasunas voces se escucharon cadenciosas:-¡Vamos todos a Belén, que ya clarea!-“Presurosa, como nunca, fui a mi chozaimpulsada por la más hermosa idea:¡Ver al Niño! ¡Ver a Dios! ¡Oh, que dichosa!y a la luz del candil que incierta humea,busqué ansiosa de mis prendas las mejoresencontrando solamente burdas telasy alpargatas del más crudo y tosco esparto¡Ni una gasa, ni una pana, ni una seda!“¿Como ir así vestida a ver al Niño?Cuando apenas esté cerca de la puerta,el Arcángel que celoso la resguardame dirá: -¡Con ese andrajo, no entras!“Por favor Señor Arcángel, sea buenito¿no ve usted? Aunque toscas, están nuevasHe venido para ver al Jesusito,¡Deje entrar y miraré sin que El me vea!“Todo esto cavilaba en el caminomientras íbamos pendientes de la estela,mas, llegando aquí al portal ¡Oh que alegría!¡Ni una gasa, ni una pana, ni una seda!“Eres pobre igual que yo y que los pastores,ahora sí que soy feliz y estoy contenta,porque puedes ser mi amigo y de los pobresy es muy fácil el llegar a Tu presencia”.“Tú serás el Buen Pastor que espera el hombretu Rebaño cubrirá toda la Tierra,no habrá zarza que aprisione a los humildescuando impere con Amor sólo Tu enseña”.Esto dijo la inocente pastorcillaesa noche, la Primera Nochebuena,a Jesús recién nacido, en el pesebre,en el tierno amanecer de nuestra Era.Veinte siglos han pasado desde entonces;dos misiones cumplió Cristo: la primerarescatarnos para el Cielo; la segundaenseñar a liberarnos de cadenas.
Prohibida su reproducción sin autorización ©





Comentarios